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Tres visitas inesperadas

AUTOCONOCIMIENTO

Por: Cristina Arias


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Al pensar en el futuro, nos podemos imaginar a nuestros seres queridos como nos gustaría verlos y podemos hacerlo con facilidad, mas ¿Te has visualizado a ti a detalle?

Por otra parte, tendemos a esforzarnos constantemente por agradar a los demás, buscando la aprobación externa y a menudo sacrificando la aprobación interna. Buscamos ser aceptados por nuestros padres, familiares, amigos, superiores y compañeros de trabajo.

Este siguiente ejercicio es fuerte y, si te atreves a hacerlo, encontrarás respuestas y contactarás con fibras que quizás no habías tocado antes.

Imagina por un momento que estás solo en tu casa, tocan a la puerta y entran tres personas iguales a ti. Son Tu “yo” de hace 10 años, tu “yo” 10 años mayor y tu “yo “infantil.

Observa sus rasgos, sus movimientos, cómo te saluda cada una de tus versiones, como toman asiento, como están vestidos, les ofreces algo y comienzan a conversar...

¿Con quién se sentó la versión infantil? Invita a tu versión infantil a sentarse en tu regazo y acarícialo mientras está contigo.

¿Cómo te sientes?

Tienen poco tiempo para la visita, así que escucha con atención lo que tu yo actual le dice a tu yo de hace 10 años, ¿Qué consejo le darías y cómo crees que lo tomaría?

Identifica qué estás sintiendo en este momento. ¿Qué crees que pensaría tu yo joven de ti?

¿Se sentiría orgulloso de quien eres ahora?

Ahora observa a tu yo en versión mayor.

Permítele que te de un consejo y escucha atentamente. ¿qué crees que te diría?

¿Te gusta lo que ves? Imagina qué tuviste que haber hecho para estar en esa condición ya sea positiva o negativa.

Dale a tu yo infantil lo que te hubiera gustado recibir a ti, palabras, afecto, cariño o atención.

Abraza a cada una de tus versiones, ten presente lo que escuchaste y lo que te gustaría modificar.

Hoy no puedes modificar tu pasado, pero puedes verlo desde tu experiencia con más amor, compasión, madurez, empatía y sabiduría.



Este ejercicio ha sido de gran utilidad en mis sesiones de autoconocimiento logrando que mis clientes sean más compasivos con ellos mismos; dejen de juzgarse con tanta rigidez en el pasado y comiencen a tratarse amorosamente.

Nos invita a tomar conciencia del rumbo que estamos tomando y a diseñar nuestro futuro, tengamos la edad que tengamos.

Comienza a buscar la aprobación de tu yo mayor y no de las personas externas. Recuerda que la satisfacción de corto plazo es enemiga de la satisfacción del largo plazo.

Conócete, Acéptate, Amate.




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