Por María Isabel Uribe Velasco, Psicóloga Clínica.
Llega este mes invitándonos a sentir nuestra nacionalidad. Los mexicanos identificamos inmediatamente que está iniciando el regocijo de las Fiestas Patrias, momento para sentirnos orgullosos del lugar donde nacimos.
Y es que, independientemente de este festejo con tonos alegres y divertidos que pudiera tener esta fecha que tanto nos gusta y disfrutamos profundamente, en realidad, esto va todavía más allá, porque celebrar el origen del lugar donde nacimos, es sumamente importante en el desarrollo de nuestra identidad.
Aquí hay dos cosas a tomar en cuenta:
La primera, es que el sentimiento de pertenencia es sumamente importante para tener una salud mental, y la segunda, es que somos seres de grupo. Entonces, tenemos que revisar que el origen del ser humano se da dentro del entorno social al que le hemos llamado familia. Es justo aquí que sabemos la fuente que nos proveerá todo aquello que necesitamos para crecer y desarrollarnos.
En ese grupo se encuentran los padres, pero también los hermanos, los abuelos etc.; en síntesis, el grupo familiar que nos rodea.
El siguiente círculo es el entorno donde vivimos y de ahí, el país donde pertenecemos. Para crecer sanamente, también son importantes las muestras de cariño, apoyo y protección, la satisfacción de nuestras necesidades básicas, en fin, todo ello nos lleva a sentirnos integrados, aceptados, reconocidos y, por ende, que pertenecemos. Junto con el alimento al cuerpo vamos alimentando nuestra mente, después aparece el idioma para entender la palabra, y así iniciamos la comunicación. Todo esto entretejiéndose con tradiciones y costumbres, que el pueblo donde crecimos seguirá integrando y de ahí a la formación y crecimiento de nuestra cultura.
Tenemos una identidad, sabemos quiénes somos, de dónde venimos, y todo lo que se nos ha heredado.
Considero que cualquier país debe sentirse orgulloso de donde viene.
Ahora, nosotros los mexicanos (perdonen la vanidad), tenemos una gran cultura detrás de nosotros. Todavía, a veces, dudamos de lo que somos y entramos en conflicto; pero cuando estos se despejan, nos damos cuenta de quiénes somos y nos sentimos muy orgullosos. Así, todos juntos, a un solo grito decimos: ¡VIVA MÉXICO!
¡FELICES FIESTAS PATRIAS…que estamos en septiembre!
Que tengan una excelente vida.
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