Un infarto miocardio, también conocido como ataque al corazón, se da cuando una arteria obstruida y deteriorada impida la llegada de sangre rica en oxígeno al corazón. Si la arteria obstruida no se reabre rápido, puede ocasionar que la parte que normalmente es alimentada del corazón por dicha arteria comience a morir, por lo que entre una persona pase más tiempo sin ser atendida, el daño puede llegar a ser mayor.
A diferencia de la Angina de Pecho (AP), un dolor causado por la reducción de flujo sanguíneo al corazón, un infarto de miocardio aparece de manera repentina y de forma muy brusca. Los síntomas más comunes del infarto miocardio pueden ser:
• Opresión o dolor muy fuerte en la zona del pecho, que aparece de manera repentina y brusca o durante el ejercicio.
• La espalda, mandíbula, brazo izquierdo, cuello y la zona abdominal pueden ser algunas de las zonas del cuerpo en las que la persona puede sentir dolor también.
• Usualmente, el dolor no desaparece ni con reposo, ni con movimientos, ni siquiera con ejercicios de respiración.
• Dificultad para respirar, arritmia, sudo, cansancio inexplicable y mares intensos suelen ser otros síntomas del infarto de miocardio.
De acuerdo con el Colegio Americano de Cardiología (CAC), cada 40 segundos una persona sufre un infarto, de hecho, los infartos estarían siendo cada vez más regulares en los jóvenes en Estados Unidos. La organización médica la edad, el consumo de tabaco, la falta de actividad física, la dieta poco saludable, la presión arterial alta, los niveles altos de colesterol o triglicéridos, así como también la diabetes y la hipertensión son factores de riesgo para padecer un ataque al corazón.
¿Qué es la fibrilación ventricular? La fibrilación ventricular (FV) es un ritmo cardíaco muy anormal, que puede llegar a ser potencialmente mortal ya que durante la FV la sangre no bombea desde el corazón ocasionando una muerte cardíaca súbita. Este tipo de arritmia se da cuando los latidos cardiacos de la persona se ven interrumpidos durante un segundo, lo que provocaría el desmayo o paro cardiaco del paciente debido a que la sangre no llegó al corazón ni al resto del cuerpo.
El colapso, pérdida del conocimiento, arritmia, dolor en el pecho, mareos, náuseas, falta de aire y un ritmo cardíaco bastante acelerado son algunos de los principales síntomas de la fibrilación ventricular.
No obstante, hay algunos factores como: lesión en el corazón, cardiopatía presente al nacer, enfermedades del miocardio, cirugía del corazón medicamentos y altos o bajos niveles de potación en la sangre, que podrían provocar un FV. El tabaquismo, la hipertensión arterial o la diabetes pueden ser otros factores de riesgo que podrían ocasionar una fibrilación ventricular, aun si la persona no cuenta con antecedentes de alguna enfermedad cardíaca.
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