Por María Isabel Uribe Velasco - Psicóloga Clínica
Este mes, a los mexicanos siempre nos llega con nostalgia. Lo iniciamos hablando de nuestros muertos, celebrando que por una noche nos visitan y disfrutan lo que en vida les agradaba. Visitamos sus tumbas, las decoramos y en casa les ponemos un altar. Lo hacemos por cada uno de esos seres amados que se nos fueron.
Mi tía, quien falleció en mayo y fue la mayor de diez hermanos, este año nos visitó por primera vez. Me decía que, a medida que pasaba el tiempo, veía cómo sus hermanos iban muriendo; resta decir que lo mencionaba con dolor, para después sentirse arropada de un consuelo…situaciones emocionales complejas de entender, como muchas que tenemos.
Cuando la muerte nos lleva a reflexionar sobre ella, es imprescindible, obligado diría yo, hablar de la vida. ¿Qué es vivir?, ¿Por qué estar aquí? y más importante, ¿Para qué aquí? Los filósofos han tratado de contestar estas preguntas. Los psicólogos hablamos de lo que es la salud mental.
Cuando llega una persona al consultorio y nos refiere su problema de ansiedad, de depresión, o de alguna situación que le resta bienestar en su vida, a pesar de tener muchos motivos para estar alegres y tranquilos (como logros económicos, emocionales, sociales, etc.), declaran no sentirse felices. Dicen que viven con miedo, tristeza, irritabilidad, muestran enojos con la mayoría de las personas, ya sea con sus compañeros de trabajo o con quien viven.
Este indicador es muy importante para que se decidan a buscar atención psicoterapéutica, y es una de las decisiones más importantes en su vida.
Los seres humanos, desde que nacen y durante su desarrollo, transitan por una serie de experiencias y algunas pueden ser traumáticas. Son situaciones donde la persona no alcanza a tener herramientas para entender y resolver lo que le está sucediendo. Con el paso de los años se llegan a olvidar esos momentos y, al no recordarlos, se ignoran…sin embargo, siguen sintiéndose deprimidos y ansiosos. Y todo esto, por situaciones que se quedan en el lado oculto de la mente (lo que llamamos inconsciente), pero que siguen provocando confusión. No encuentran la forma de salir de esta situación, provocando sentirse más infelices.
La muerte nos recuerda que tenemos el tiempo contado (“Valar Morghulis”). Parece una idea con tonos de fatalidad, sin embargo, yo considero que habla de una realidad. Tenemos un tiempo para vivir y es importante encontrar las mejores formas de sentir felicidad y alegría, de lo contrario, darán ganas de morir y de soltar este regalo maravilloso que es la vida, con todo lo que eso significa.
Busquemos atención psicológica para tener una vida plena y satisfactoria, no de sufrimiento. Después de todo, vale la pena vivir… y más si lo hacemos con una buena salud mental.
Que tengan una excelente vida.
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