En estos tiempos de “Sixtiañeras” o “Sexalecentes”, ha cambiado el concepto de la relación hombre, mujer. Es claro que una mujer a los 60 está en la plenitud de su vida, se cuida, se siente joven, tiene vitalidad, quiere seguir divirtiéndose y encontrar un compañero de travesuras de vida, de cine, de cena, de baile. Un compañero que no sea nada complicado, al que no tenga que estar rindiendo cuentas de lo que hace o no hace; a dónde va o no va, y tenga que estar pendiente de sus chones sucios o sus camisas planchadas. ¡Qué flojera!
Hoy las mujeres modernas dicen que los 60 de ahora son los 40 de antes, de eso no cabe duda. Esas mujeres sensibles y vulnerables, viudas o divorciadas, tal vez solteras por elección, corren el mismo peligro que una jovencita salida del cascarón. Todas buscan un hombre poco complicado, que te ofrezca una linda amistad, alegría, diversión, tal vez un poco de sexo o un mucho, depende de los gustos y las capacidades de cada quien.
Pero claro que tendremos problemas para escoger el ideal, ¡cada vez es más complicado conseguirse un hombre no complicado!
Ahí les van unos ejemplos: “Soy divorciado y tengo ocho hijos, ¿con la misma? preguntaría la "Alburera”, sí, pero con 5 mujeres diferentes.” O “soy viudo, ya se me murieron dos, ¿quieres ser la tercera?”... con una risa fantasmagórica.
Porque a esta edad, difícilmente te vas a encontrar a un soltero sin compromiso, o si está soltero y sin compromiso a esta edad, algo no está bien. En ese momento te deberían empezar a sonar las alarmas, si no fueras tan tonta, ¡luces rojas por todos lados! ¡corre por tu vida! ¡aléjate! Y cuéntaselo a quien más confianza le tengas.
¡Ah, pero no! Yo soy mucho mejor que eso, yo lo voy a componer ja ja ja. Conmigo va a ser diferente. Sales en la noche con amigas a cenar, eres mayor de edad, divorciada, viuda o soltera, pero con deseos de vivir hasta el último segundo de respiración, con ilusiones, con deseos de un compañero ¡de un romance!
Todo se ve maravilloso hasta que llega ÉL, ese hombre TÓXICO. Lo conoces tal vez en un sitio de citas, como lo hacen muchísimas amigas, o en una reunión de amigos, o te lo presenta alguien de buena voluntad sin saber la alimaña que te está echando encima. Estado civil: divorciado, ¿“Cuántos divorcios llevas?” cuatro más los “caiditos”; “tengo 6 hijos con cuatro mujeres pues no me comprendían… nadie me comprende, me he encontrado con puras arpías en la vida que no saben valorarme como hombre”, (todas son malas) “y yo les doy todo mi corazón”. Eso sin contar los romances fugaces, mientras vuelve a llegar la mujer adecuada, por supuesto… o la siguiente víctima.
Ese hombre que tú ves ahí, como diría la canción de Lupita D’Alessio, trae un bagaje pesado, sucio, contaminado y sumamente tóxico, pero sucede que tú eres de las ilusas que piensan que contigo va a cambiar y va a ser diferente, porque todas esas mujeres odiosas no lo comprendieron, no le dieron el amor que él necesitaba. Pero resulta que no necesita amor, es un tipo egocéntrico que se la ha pasado haciendo sufrir a varias mujeres antes que tú. Es el clásico narcisista que se siente y le gusta sentirse superior a las demás personas incluyendo a las mujeres, especialmente a la mujer que está a su lado. El clásico que nunca va a aceptar la culpa de nada, pues el mundo a su alrededor tiene la culpa de todo lo mal que le ha ido en la vida, ¡él no! ¡jamás! Este tipo fue educado así, como un verdadero hombre y así creció.
No tiene porque disculparse con nadie, esa es su naturaleza… esa es su esencia.
Y entonces, como buena ingenua o necia, terminas siendo la víctima número cinco o cuatro y todo aquel sentimiento de emoción, de ilusión, se convierte en un coraje, en una rabia, en frustración y mucha tristeza al descubrir que ha sido utilizada por el pequeño monstruo. ¡Cuántas mujeres que conocemos no han pasado por esta situación!
Porque la vida no se acaba después de un divorcio, o una separación, o una muerte, la vida continúa, la mujer está viva y tiene deseos de sentir, de vivir y de tener una ilusión, ¡pero mucho cuidado! Hay que estar alertas y ver la clase de individuos con que te relacionas. Esos hombres tóxicos y peligrosos deberían traer un señalamiento con luces de neón que diga ¡Peligro! ¡Métete bajo tu propio riesgo!
Desafortunadamente el mundo está lleno de esos hombres. Vienen arrastrando traumas, complejos e inseguridades, que no tienen empacho en tirárselo en la cara a la mujer de turno y empezar a demostrar, poco a poco, de qué están hechos.
No es justo que esos hombres salgan a la calle con tanta libertad ¡No! Deberían estar registrados como los abusadores en las colonias, por barrio y por condado.
No es justo que salgan a embaucar a ingenuas, todo por el deseo de un romance, o por soledad. A esos hombres los deben mantener en cautiverio y alejados de la sociedad. Lo único que logran es llevar toda su nefasteses (palabra nueva) y repartirla entre el resto de la humanidad, especialmente con el sexo opuesto.
Bien decía mi abuela María tras el segundo divorcio de mi padre: “ya van dos que me lo regresan, por algo ha de ser”.
Empiezan muy románticos, con flores, con promesas de un futuro que en este momento no te pueden ofrecer, pero que “muy pronto”. ¡Claro que no! no te pueden ofrecer nada porque son pooobres! Y andan acabalando, diría mi abuelita, para sacarte a cenar, para invitarte a comer, y para cumplir con sus numerosos compromisos económicos y familiares que los traen fritos, a menos que sea millonario y pueda darse los lujos, que incluyen tener a una mujer como tú. Porque tú eres un lujo querida amiga, de eso no te quepa la menor duda.
Pero ellos tienen que pagar colegiaturas, o carreras universitarias, seguros médicos, pensiones alimenticias, los caprichos de odio de la ex, y entonces, lo único que te encuentras es un pobre tipo sin dinero, pero es tanta tu necesidad de compañía, que lo pasas… que lo vas pasando. Y a lo mejor, hasta terminas pagando las cuentas por mientras, en lo que se compone su situación. Es que tú sí lo comprendes… y todas esas malas mujeres no lo comprendieron.
¿Ocho mujeres no comprensivas no te parece mucha casualidad?
Porque ya adentrados en la plática, empiezas a descubrir los defectos que lo hicieron dejarlas; una era celosa, la otra materialista, la otra egoísta, la otra fodonga, la otra ambiciosa, la otra frígida, puras mujeres defectuosas ¡Qué horror! pobre hombre víctima de esas brujas…y tú que te la crees toditita. ¡Pobre ingenua!
Hay que tener mucho cuidado, cualquier detalle los puede delatar, es cuestión de que utilices tu cerebro y abras bien los ojos antes que el corazón de pollo. Es cierto que hay escasez, es cierto que queremos seguir disfrutando la vida, pero también es cierto que debemos protegernos a nosotras primero que a nadie.
El mejor consejo es:
¡Disfruta con tus amigas! ¡Diviértete! ¡Sal a cenar! ¡Vete a bailar!
Acuérdate que “tú te puedes comprar flores, tomarte de la mano, sacarte a bailar y amarte más de lo que nadie te podría amar” (me suena conocido).
¡Buena suerte queridas lectoras!
Comments