Por Liliana Fischer
El arte sensibiliza. La sensibilización tiene por objetivo la concienciación de las personas, y para ello, se pueden realizar acciones de diversa índole, sin juicio, con apertura, y empatía.
La sensibilización humana es considerada no sólo como la capacidad de percibir o sentir, sino como un impulso de vida (eros) que forma parte de la dimensión humana, estrechamente vinculada con la construcción del sujeto ético. Se realiza como sensibilidad, creatividad y expresividad en todos los ámbitos de la vida, y se articula necesariamente con la ética -que remite a normas y valores e ideas de la vida buena legitimados socialmente- y la moralidad, entendida como los criterios y procedimientos internos que desarrolla un sujeto para juzgar valores y normas, y así construir principios morales.
Tanto el creador de arte como el observador e interpretador de la obra, reciben muchos beneficios, especialmente en estos momentos. El artista plasma sus emociones, vivencias, experiencias, y conecta a niveles profundos al crear, es decir, se proyecta a través de su obra. El admirador del arte observa, analiza, siente, y finalmente conecta o no con la obra, pero la interpretación de la obra de arte libera, provoca empatía, u horror, proceso también de proyección y sublimación que es productivo.
El proceso creativo proporciona un alivio al artista y es una garantía de sanidad, ya que es la expresión íntima del ser. Seguramente en esta pandemia, los diversos artistas reflejan la experiencia de vivir en aislamiento y su sentir dentro del mismo. El observador conectará con la obra de manera lúdica con la temática del arte. Lo cual permite también una liberación de energía a través de la experiencia.
Para los artistas, el arte y su creación -de una u otra manera- conectan a niveles profundos e inconscientes y a veces obtienen la catarsis de eventos de vida o memorias guardadas.
El estimular la parte creativa que todos tenemos en diversas áreas (pintura, escultura, dibujo, música) es lúdico, rescata, sana y revela comunicación no verbal que podemos atender y soltar de manera noble.
El arte en tiempos de pandemia expulsa, revela, libera, relaja y evita la psicosomatización de las emociones contenidas no expresadas. Poner atención a este lenguaje visual, apoya a vivir los momentos difíciles y desprende los sentimientos hermetizados que nos afectan en el día a día de múltiples maneras: psicológica, física, emocional y espiritualmente.
Como artista plástico, mi obra refleja mi mundo íntimo. Es una purificación del alma que sin esfuerzo alguno simplemente se plasma en el lienzo. Pintar y crear, para mí es como la respiración misma. En momentos como el que estamos viviendo ahora, de aislamiento, enfermedad, confrontación con la muerte, pérdidas de muchos tipos, segregación, y otras emociones más, el hacer uso de la creatividad para crear arte es una herramienta de vida que a todos nos beneficia. En este proceso se presentan múltiples cuestionamientos sobre el sentido de vida, que al final a veces resuelve, da confianza y esperanza.
El fluir a través de la pintura o en cualquier medio, hace posible que las emociones encuentren salida de manera productiva.
Múltiples museos internacionales y nacionales han puesto a la disposición de todos tours virtuales, esto nos estimula a visitarlos y transportarnos a donde deseemos sin límites.
La apertura al arte, tanto al crear como al observar, mueve las emociones y crea empatía y entendimiento de los sentidos, la sensibilización del ser humano y a veces conmueve, rescata memorias y alivia.
Contacto:
lilianafischer@hotmail.com
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