Estimados lectores ,
En esta ocasión, quisiera expresar mi respeto y admiración a esas mujeres que han tenido que enfrentar al terrible monstruo que el cáncer de mama.
Quienes estamos desde afuera, quizá no podamos entender los motivos que tenga la vida para mandar pruebas tan fuertes, a mujeres aún más fuertes que han estado listas para esa batalla.
Pensar solo por un momento, ¿Qué pasa por su mente?, ¿Qué sienten en su corazón? ¿Coraje? ¿Ira? ¿Reto? Solo cada una de ellas lo sabe y solo por esa razón, merecen toda mi admiración y respeto.
Jamás he conocido a alguna que se sienta víctima, por el contrario, mujeres enteras que levantan sus armas para salir a la guerra con la cabeza en alto y dispuestas a todo, pero más que por ellas mismas, por todos quienes las rodean; por sus parejas, por sus hijos, por que son hijas de alguien, madre de alguien, esposa o compañera de alguien.
Desde mi trinchera observo, analizo, y sí, confieso que me lleno de coraje, se me apachurra el corazón, sin embargo, me lleno de fuerza y ejemplo por si algún día llegase a ser una víctima más del monstruo aterrador.
Por esa razón, este mes nuestra portada se pinta de rosa, uno de mis colores favoritos en todas sus tonalidades.
Ese color que nos representa a las mujeres, y no por débiles o sexo débil como solían llamarlo, sino por lo femenino, lo hermoso, lo dulce y a la vez lo fuerte. Esto y más características definen a la mujer.
Patricia San Román
Directora General
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